"Después de que derrotó a la bestia Oglak —que había devorado una cantidad de pobladores equivalente al peso de una montaña de piedras—, los campesinos del lugar le suplicaron a Krelm el Desvergonzado que se convirtiera, por el resto de los días, en el campeador del poblado y erigieron una estatua en honor a su nombre". —Pasaje de Historias para asustar a los niños